El Dia De Los Muertos
El Día de los Muertos es una fiesta única que tiene
sus inicios en el siglo 16 entre Mesoamérica y Europa. Conceptualmente, es una
mezcla entre la filosofía azteca prehispánica, la religión y la práctica ritual
medieval europea. Las ceremonias celebradas durante el mes de verano azteca de
Miccailhuitontli se enfocaron principalmente en conmemorar a los muertos. Estas
celebraciones se llevaron acabo bajo la dirección sobrenatural de la diosa
Mictecacihuatl. Los niños y los antepasados que habían muerto fueron
recordados y celebrados durante esta época. Fue también durante el mes de
verano que los aztecas conmemorarón a sus guerreros caídos. Según Diego Durán,
un sacerdote español del siglo 16, los aztecas traían ofrendas de comida a los
altares en honor de los muertos. Colocaban en estos mismos (los altares) pequeñas
imágenes de arcilla que representaban a los fallecidos.
Cuando los españoles llegaron en el siglo 16, introdujeron
el día de todos los santos en la cultura Azteca. Este día, es un día santo católico
que conmemora a los muertos en general. Los sacerdotes españoles relacionaron
el día de los santos con la celebración azteca de verano a otoño puesto que
coincidía con la fechas de su celebración católica. Ellos asociaron estas
celebraciones con el fin de que la fiesta azteca, que los españoles consideran
pagana, se transforma en una fiesta cristiana aceptable.
El resultado de esta mezcla cultural es un
evento donde los mexicanos modernos celebran sus antepasados durante los dos
primeros días de noviembre en lugar del principio del verano. Mientras que este
festival moderno tiene componentes cristianos, todavía mantiene sus lazos
nativos indígenas.
Las actividades relacionadas con el Día de los
Muertos son bastante consistentes de lugar en lugar. Durante el primer día, las
familias visitan las tumbas de sus familiares y decoran la tumba con flores,
tierra, y velas. También sostienen una especie de día de campo junto a la tumba
donde interactúan socialmente entre sí y con otras familias que se encuentran
en el cementerio. Las historias que se intercambian entre las familias a menudo
relatan historias de personas que también están enterradas en el mismo
cementerio, de esta manera, el Día de los Muertos actúa como método de cohesión
social entre las familias. La gente se reúne alrededor de las tumbas no sólo
para celebrar sus antepasados, también para celebrar el papel que sus
antepasados jugaron en la comunidad.
Las comidas que se preparan durante estos días
incluyen tamales y pan de muerto. Muchas personas creen que es de buena suerte morder
el esqueleto de juguete que se encuentra oculto en cada pan redondo. Los dulces
también se incluyen en esta celebración y los más comunes son las galletas,
chocolate y calaveras de azúcar. Los amigos y familiares intercambian
esqueletos de azúcar u otros elementos que se relacionan con la muerte. Pero el
regalo es más preciado es el cráneo o esqueleto de plástico que tiene su propio
nombre escrito. Al igual que en el caso del pan de muerto, cuando las personas
muerden la calavera que allí se oculta, se cree que simbólicamente ha tomado un
bocado de la muerte y por lo tanto ha desafiado el temor contra el miedo a la misma.
La decoración no se limita a las tumbas. Muchas
veces las personas establecen altares caseros dedicados a los mismos familiares
que han fallecido. Los altares están decoradas con flores amarillas
principalmente; para los aztecas, el color amarillo hace referencia a la
estación del otoño cuando la naturaleza comienza a morir. El arco que forma un semicírculo
encima del altar es símbolo de la ruta tomada por los muertos hacia el cielo, al
igual que en el caso de las tumbas, los altares caseros también están adornadas
con amuletos religiosos y ofrendas de comida. Los alimentos elegidos son
generalmente los que el difunto disfrutó durante su vida.
El altar representa un reconocimiento del ciclo
de la vida y la muerte que es parte de la existencia humana. Hay una ligera
variación en la forma en que se celebró el Día de Muertos en México. Por
ejemplo, su celebración en las grandes ciudades, como Oaxaca, se inclina más
hacia lo profano que lo sagrado. Además, los productos alimenticios y la
construcción del altar son, lógicamente, dependiendo de los recursos naturales
de la zona. Sin embargo, lo que se ha mantenido a lo largo de este tiempo es el
recuerdo de los muertos y la celebración de la continuidad de la vida y de la
comunidad.
Mi Llamada recuerda a los familiares y amigos
que ya no están con nosotros y nos unimos a todos aquellos que perdieron a sus seres queridos en celebración
de la vida tal como la tradición nos enseña , piensa a cuantos de ellos les
hubiera gustado recibir una llamada para decirles te amo cuando aun estaban
vivos. Hoy te invitamos a
llamar a los que aun quedan para
recordarles que a pesar de la distancia tu estas siempre con ellos.
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